lunes, 9 de julio de 2012

Los mil y un usos de los QR codes




Estrechar la relación entre empresas y consumidores, lanzar promociones o simplemente despertar la curiosidad de los compradores son algunas de las utilidades de los códigos bidi, llamados a ser el código de barras del siglo XXI que permiten acceder a datos específicos con una aplicación de móvil.
En el sector alimentario, cada vez son más las empresas que recurren a esta tecnología como soporte de información que difícilmente cabe en la etiqueta de un envase o para fidelizar a los clientes a través de contenidos extra, desde datos nutricionales hasta propuestas interactivas como juegos o concursos.
Muchas empresas ven en estos códigos llamados bidi (bidimensionales; también conocidos como QR, iniciales de respuesta rápida en inglés) una apuesta de futuro para llamar la atención de un perfil de cliente activo en internet y en las redes sociales, y usuario de un "smartphone", requisito imprescindible para poder leer el contenido oculto en estos mensajes abstractos.
"Puede ser una manera muy novedosa y eficaz para que la compañía estreche su relación con sus consumidores, que a través de estos códigos tienen acceso a noticias de actualidad y contenidos multimedia originales", han afirmado fuentes de Coca-Cola, que los ha introducido en sus envases con motivo de la Eurocopa.
La inmediatez es una de las cualidades del software que permite leer los "bidi": quien tenga la aplicación instalada en su móvil puede acceder a contenidos con un solo clic, que redirecciona a páginas web sin necesidad de teclear la dirección completa.
Sin embargo, y aunque cada vez son más comunes los "smartphones", el uso de estos códigos aún no está muy extendido en España, porque, según coinciden varias empresas, los consumidores no están lo suficientemente informados acerca de esta nueva tendencia.
"Aunque quizá estamos en un momento inicial de implementación, llaman mucho la atención, y la gente se enterará poco a poco de lo que es, por curiosidad; además, permite dirigir a información concreta y eso es muy útil para la empresa", ha afirmado la técnico-gestor de las rutas del vino Rioja Alavesa, Irantzu Hijazo.
En el caso de las empresas alimentarias, el futuro puede estar en la información nutricional o en la trazabilidad de los productos, una propuesta que han puesto en marcha compañías como Danone, que ha invertido cuatro millones de euros en un proyecto para informar a los compradores sobre el origen de la leche de sus yogures.

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