martes, 29 de mayo de 2012

marketing vía códigos QR



De un tiempo a esta parte, los profesionales del marketing, los negocios y, bueno, todo el mundo, se han vuelto locos por los códigos QR y los han calificado como “la próxima gran revolución”. Esto se debe a que, en un principio, estos códigos parecían ser la mejor forma de llevar las interacciones del mundo físico al digital. Pero, a pesar del gran intento de los marketeros por meter un código QR en cualquier cosa que anunciaran, vendieran o comieran (sí, comieran), ha habido un gran escepticismo en torno a su uso en el mundo real.
Ya hemos hablado en muchas ocasiones de casos en los que los códigos QR nos han generado más risa que otra cosa. Esta vez volvemos a darles más motivos por los que, muchas veces, insertar un código QR en una campaña es algo inefectivo:
1. Contenidos que no merecen la pena:
Desde el punto de vista del marketing, los códigos QR proporcionan un valor evidente y son fáciles de crear, baratos y nos abren todo un mundo de posibilidades de cara al consumidor y su interacción con los productos. Desde el punto de vista del consumidor, sin embargo, éste valor no está tan claro. Escanear un código de estos a veces supone mucho tiempo y esfuerzo para el usuario. Y lo que es peor, el 90% de las veces se incluye un link a una web que no está optimizada para el mobile, lo que puede llegar a frustrar al consumidor y dar lugar a un sentimiento negativo hacia nuestra marca. Por este motivo, debemos darle al consumidor una buena razón para que escanee el código: un descuento, el primer capítulo de un libro, una bebida gratis en el bar o incluso un vídeo específico de YouTube.
2. Sensibilización de los consumidores:
El mayor problema con los códigos QR es que los consumidores han demostrado que no tienen la pista sobre lo que son y muchos de ellos no conocen ni siquiera la forma de escanearlos. Los marketeros han estado tan emocionados con el enorme potencial de estos códigos que se han olvidado de que los consumidores no son marketeros. Los profesionales del marketing ven anuncios, hacen clic en tweets patrocinados y, como no, escanean códigos QR porque tienen una curiosidad natural y una pasión hacia el marketing de las marcas. Pero el consumidor de a pie necesita que le expliquen qué es lo que se supone que queremos que haga con estos códigos y, por supuesto, explicarles qué son.
3. El valor como medio:
Habitualmente los códigos QR se emplean simplemente como un link a la web de la compañía o a una landing page específica. ¿Merece la pena tanto esfuerzo por parte del consumidor para esto? Tenga en cuenta que, para escanear el código QR, el usuario tiene que sacar su teléfono, desbloquearlo, abrir la aplicación, enfocar el código y, finalmente, escanearlo. Esto suponiendo que ya disponga de una aplicación que escanee códigos QR. Para la mayor parte de los usuarios es más rápido buscar en Google y ver si el código les está aportando algo de relevancia o no.
4. Localización, localización, localización:
La localización es otro punto importante a tener en cuenta a la hora de insertar un código QR en una campaña. Los códigos QR aparecen últimamente en todas partes, sobre cualquier cosa, sin parecer que importe mucho el contexto. De esta forma, muchos códigos son imposibles de escanear, como el de la imagen de esta noticia, que llega a ser hasta peligroso. La mejor solución para esto es poner los pies sobre la tierra y darse cuenta de cuál es la mejor localización para el código QR, de forma que a todo el mundo le acabe resultando útil.
5. Estética:
Los códigos QR son feos y, lo que es peor, es difícil distinguirlos de aquellos que se usan con fines industriales. Por ello, muchos consumidores pueden llegar a confundir los códigos QR con los códigos de barras. La buena noticia es que no tienen que ser feos obligatoriamente, con un toque de Photoshop podemos redondear las esquinas y darle un toque más visual para reclamar su escaneo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario