La historia del código QR
es reciente. Fue creado por una empresa del grupo Toyota en 1994 para
hacer el seguimiento de los vehículos durante su montaje. El código de
barras, por otro lado, ya lleva con nosotros más de cuatro décadas. En
los últimos años, el código QR se considera el primo “cool” del código
de barras, quizás gracias a las campañas de marketing de diversas marcas
y de algunas aplicaciones artísticas. Pero eso solo ha sido posible
porque no es necesario comprar un equipamiento específico para escanear
estos códigos; basta con tener en el smartphone una de las diferentes
aplicaciones disponibles para tomar una foto del código y subirla a un
sitio web de lectura, como el de Kaywa.
Y si cualquier persona puede leer un código QR, crear uno nuevo es
igualmente asequible. Basta con usar un generador de estos códigos -
volvemos a mencionar a Kaywa , que es una referencia en este campo - para compartir un enlace a una página web, una frase, una foto, una tarjeta de visita…
Pero, ¿qué hace especial a un código QR? Pues que apela a la curiosidad a
quien los encuentra en la página de una revista, en un sitio web, en un
museo, en la caja de un producto, en una bufanda… ¿en una bufanda?
Sí, en una bufanda
Los diseñadores de Office Lendorff y de Kaywa se han juntado para lanzar
una colección de bufandas, de edición limitada a 500 ejemplares, con el
nombre de The Invader Scarf.
Cada bufanda incorpora un código QR que, al ser escaneado, revela un
mensaje secreto. Por si fuera poco, la bufanda alude al clásico juego
Space Invaders. Innovador y retro, todo en uno.
Ahí llega el mayor código QR del mundo
El día 16 de este mes, más de 1300 personas van a intentar batir el record mundial del código QR de mayores dimensiones
. Los participantes se van a reunir en un estadio de Toronto, Canadá.
El código va ser montado como un rompecabezas, siendo cada persona una
de las piezas que lo componen.
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